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Los imanes y sus propiedades ya eran conocidos por las antiguas civilizaciones de India, China, Grecia y Egipto. Su presencia en las prácticas médicas ha sido consistente a lo largo de los siglos. Por esta razón, queremos que tú también los conozcas, especialmente desde el punto de vista de sus posibilidades terapéuticas. Sigue leyendo, porque hay muchos aspectos que podrían interesarte.

¿Qué tipos de imanes existen?

En primer lugar, es conveniente que conozcas los tipos imanes que puedes encontrar, que son temporales o permanentes, y también artificiales o naturales. Estos últimos contienen magnetita, un mineral que genera un campo electromagnético permanente.

En el caso de los artificiales se coge material ferroso en el que se induce un campo electromagnético. Un electroimán es una bobina que solo emite el campo cuando por él circula la corriente eléctrica. Es entonces un magnetismo artificial y temporal.

Los artificiales permanentes más poderosos son los imanes de neodimio. Contienen una aleación en la que entran además el boro y el hierro, y por su gran potencia son ampliamente utilizados en la industria moderna.

Las diferentes potencias en gauss

Seguidamente, vamos a hablarte un poco de física. El gauss, cuyo símbolo es G o Gs, mide la densidad de flujo magnético. Un gauss equivale a un maxwell por centímetro cuadrado. Entre algunas de las potencias que pueden servirte como comparación, tenemos las siguientes.

  • Campo magnético de la Tierra, 0,5 gauss.
  • El imán de un juguete, 100 gauss.
  • Uno pequeño de neodimio, 2000 gauss.

¿Qué es el biomagnetismo?

Con todo esto, has de saber que el uso del magnetismo como terapia tiene una historia larga. Hay evidencias que señalan la utilización de los imanes en la medicina china. Paracelso en el siglo XVI, y más tarde Mesmer, los emplearon para tratar diversas enfermedades. En Japón comenzaron a ganar aceptación en los años 40 del siglo pasado.

Durante la década de 1970 se desarrolló un interés en los Estados Unidos. Los aparatos que emitían campos electromagnéticos se volvieron muy populares entre los atletas y deportistas para tratar las lesiones. Más tarde comenzaron a realizarse estudios clínicos que sugirieron la utilidad de la magnetoterapia.

ONDAS MAGNETICAS

El par biomagnético

Cuando hablamos de biomagnetismo o par biomagnético nos referimos a una terapia natural que fue propuesta en 1988. Emplea campos magnéticos estáticos superiores a los 1000 gauss para restaurar el equilibrio orgánico. Se basa en los siguientes principios.

  • El grado de desorden de un sistema, o entropía.
  • La resonancia bioenergética, o campo que existe entre dos imanes de polaridad opuesta.
  • La ley de cargas: las fuerzas electrostáticas de igual signo se repelen, y las opuestas se atraen.

En consecuencia, la dinámica que se establece en los tejidos sometidos a la acción de los imanes se fundamenta en estos elementos. Se produce entonces la compensación de los desequilibrios energéticos que se traduce en una mejoría de los síntomas.

Uso terapéutico de los imanes

Los imanes terapéuticos son ampliamente utilizados en la práctica de la fisioterapia por sus efectos positivos y sus ventajas. El tratamiento es mínimamente invasivo y consiste en la aplicación de campos magnéticos de frecuencia baja o alta.

Se pueden emplear los estáticos, que son generados por imanes permanentes, o los pulsados, procedentes de un electroimán. El efecto biológico de ambos tipos es diferente de manera significativa. Las indicaciones más importantes son las que verás a continuación.

Campo electromagnético estático

  • Artritis reumatoide.
  • Fibromialgia.
  • Neuropatía periférica.
  • Curación de heridas quirúrgicas.
  • Dolor musculoesquelético crónico.
  • Dolor pélvico.

Campo electromagnético pulsado

  • Consolidación de fracturas.
  • Osteoartritis.
  • Incontinencia por estrés.
  • Disfunción eréctil.
  • Migrañas.

El tratamiento con imanes no tiene efectos secundarios, es beneficioso independientemente de la edad y no requiere cuidados posteriores ni una preparación especial.

De esta forma, el paciente simplemente se acuesta vestido y bocarriba en la camilla para ser introducido en el equipo que genera los campos magnéticos. Las sesiones duran unos 45 minutos y se repiten periódicamente según lo establezca el terapeuta; hay que despojarse de dispositivos con chips o con baterías. Está contraindicado en los pacientes con marcapasos, si hay diagnóstico de cáncer o en el embarazo.

Los imanes han sido útiles para infinidad de industrias, pero sus aplicaciones van más allá. Constituyen un recurso terapéutico eficaz e inocuo para todas las edades y cada día tienen más aceptación.